Lo retos de ser voz en off (y sobrevivir en el intento)
Lo retos de ser voz en off (y sobrevivir en el intento)

Lo retos de ser voz en off (y sobrevivir en el intento)

Ser voz en off no es simplemente tener «una voz bonita» (aunque ayuda). Tampoco es grabarte en el móvil mientras lees un texto con voz de GPS. No. Ser locutora o locutor profesional es una aventura llena de retos, ruidos inesperados y correcciones de última hora. Y hoy, quiero contarte cómo es de verdad estar detrás del micro.


El micrófono te ama… pero la guagua no.

Imagina que estás grabando una frase súper emocional para un vídeo conmovedor. Todo fluye, estás conectando con el texto, parece que vas a llorar de la emoción… y entonces: ¡PRRRRRRRRMMMMMM! La guagua pasa por la calle. O tu vecino decide rodar muebles. O tu perro estornuda. O pasa un helicóptero ¿Te suena? Porque a mí sí. El sonido ambiente es el archienemigo no oficial en esta profesión.

Tienes que ser actor… ¡pero sin salir en pantalla!

La voz en off no se limita a leer, hay que interpretar. Un spot comercial necesita entusiasmo (¡pero sin sobreactuar!). Un documental pide sobriedad. Un vídeo deportivo quiere ritmo. A veces haces todo eso… en un mismo día, de un audio a otro. Si tienes múltiples personalidades vocales, quizás es un trabajo que también se puede adaptar muy bien a ti.

Las correcciones llegan justo después de entregar.

Grabaste 18 versiones. Limpias 4, editas 2, eliges 1 y la envías perfecta. La mandas. Te aplauden. Casi haces un tres sesenta celebrándolo. Una hora después llega el mensaje: «¿Podrías cambiar ‘innovador’ por ‘revolucionario’? Y ahora lo queremos un pelín más cálido. Y que suene más natural, menos impostado, más conmovedor ¿vale?» Siempre respondo que si mientras suena música triste de violín. De la de llorar.

La voz no siempre coopera.

Hay días que amaneces con la voz perfecta. Y hay otros en los que pareces una rana con resaca. ¿Grabar con alergia? ¿Resfriada?¿Con afonía? ¿Después de una noche con poca (o mucha) fiesta? Bienvenido al club. Aprendes a calentar la voz, beber litros de agua, a respirar y a rezar al santo patrón de las cuerdas vocales. Lo pruebas todo con tal de intentar de lo mejor de ti aún estado en las últimas. Menos mal que los clientes no me ven las ojeras hasta el suelo.

No todos entienden tu trabajo

«¡Cállate! Pero si tú solo hablas y te pagan por eso.» Sí, y no. Hablo, pero también interpreto, edito, entrego en formatos específicos, sincronizo con vídeo, cambio tonos, acentos, regrabo cuando toca… y lo hago todo desde un mini estudio casero que tú crees que es un armario lleno de trastos (¡y no lo niego del todo!).

Te conviertes en tu propio técnico de sonido (y comunity manager, y contable…)

En muchos casos, grabamos, editamos, facturamos, nos promocionamos en redes, buscamos clientes, actualizamos demos, escribimos entradas al blog (jeje) contestamos mensajes de «¿Me envías una demo?» «¿Me das presupuesto de 150 palabras? Solo tengo 5$» y, si queda tiempo, hacemos algo ocioso o descansamos. Cuantos festivos o domingos no me he tenido que quedar en casa para poder hacer una entrega en tiempo… Ser freelance en locución es ser un All-in-one de la vida 24/7.

Cada cliente es un mundo (y un tono diferente)

Porque sí, aunque solo sea hablar, no solo es hablar. No es lo mismo locutar para una gasolinera que para una marca de vaqueros, para zonas comerciales o un documental de historia antigua. Tienes que ajustar todo: el ritmo, la intención, el volumen… hasta la respiración. Cada encargo es como un nuevo personaje en el que tengo que imaginarme como debe sonar. Ensayo en mi cabeza varias veces el texto para intentar encajarlo con la forma que debería escucharse. Ya luego lo llevo a la práctica, aunque eso no quiere decir que siempre lo consiga o que el cliente esté de acuerdo con que ese es el tono que busca.


Pero… ¿vale la pena?

Honestamente, para mi sí. Cuando escuchas tu voz en una campaña, en la radio, en un vídeo bien editado… se te eriza un poco la piel. Porque sabes que tu trabajo conecta. Que aunque no se te vea estás ahí, transmitiendo algo. Y eso, créeme, no tiene precio. Como en este vídeo deportivo sobre los campeonatos de canarias de deportes en edad escolar, una de mis últimas entregas.

Así que si alguna vez pensaste que esto era solo «tener buena voz»… bienvenido al otro lado del micro.


¿Buscas una voz en off que sepa todo esto (y que además se ría un poco de sí misma)? Soy Chaxi Bacallado, y si te ha gustado esta entrada, imagina cómo puede sonar tu próximo proyecto conmigo 😉

[Contáctame aquí] o échale un vistazo a mis demos para diferentes estilos comerciales y narrativos.

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